sábado, octubre 5, 2024

Oposición autoinmune

La derecha española no es que haya caído en un círculo vicioso… ha quedado atrapada en una espiral de indignante —por profundamente estúpida— autodestrucción. Ha desarrollado una suerte de enfermedad autoinmune que no solo la consume, nos lanza de cabeza al régimen pedrocrático que se nos viene.

En esquema, sucede lo siguiente:

El PP se ‘socializa’ > VOX lo denuncia > el PP acusa a VOX de hacer pinza con Sánchez > VOX, amenazado por todos los flancos, alza los escudos en formación tortuga > el PP aprovecha la coyuntura para marcar distancias ‘socializándose’ un poco más > VOX lo denuncia > y vuelta la burra al trigo…

Y por desgracia, la cosa no termina donde empezó; en cada vuelta cae más y más rápido al agujero negro del que pronto no podremos salir. De ahí lo de espiral.

Y mientras tanto, el saltarín del ver ano azul, Sémper infidelis, cantando aquello de… ‘centro centrado, muy moderado y formal, no cenaría ni con Stalin ni con Abascal’.

—Interesante esquema, pero no se explica la primera premisa. ¿Por qué razón el PP se ‘socializa’?

—Fácil:

Pedro Sánchez se ha ‘podemizado’, ‘bilduterrorizado’ y ‘puigdemonizado’ de tal modo —exponen en Génova 13 los lampiños analistas de mocasín, Heuer Carrera, blazer y jeans— que se ha generado un gran vacío en el espectro político, vacío que antes ocupaba el PSOE de Estado —dicen como si hubiera existido tal cosa— y, dada la coyuntura, el PP ha de extenderse a la izquierda para dar cobertura a todos aquellos votantes que han dejado de verse representados por el sanchismo y que ahora encontrarán en Feijóo a su nuevo líder social-progremócrata.

—Pero si nos deslizamos tanto a la izquierda, ¿no dejaremos al descubierto a nuestros votantes más ‘derechones’?

—No se preocupe, está todo pensado, Presidente. Para mantenerlos en nuestras filas, seguiremos utilizando la misma arma con la que Sánchez nos atiza: ‘el terror a la ultraderecha’. Además, si esos ‘derechones’ aún no se han ido a VOX, es porque llevan puesta la camiseta: hagamos lo que hagamos, estarán siempre en nuestro equipo.

Y, mientras con una mano nos extendemos a la izquierda, con la otra, recuperaremos votos por la derecha con el espantaviejas del voto útil. Porque ya sabe, Presidente, que los votantes de VOX siempre han sido nuestros; solo tienen que volver al redil.

—¿Y qué pasa con Sumar?

— A Sumar solo le queda lo de ‘trabajar menos para mejorar la vida de la gente’, Presidente, y adivine qué…

—¿Qué? pregunta Feijóo relamiéndose.

—Eso… también nos lo vamos a apropiar.

¡Plas, plas, plas, plas, plas! —aplaude Feijóo, y al segundo, el resto de la sala, en perfecta mímesis pelotera—.

—¡Brillante! ¡Brillante! Pelayo, Borja, enhorabuena por vuestro trabajo. Jimena, llama a Vanity Fair y diles que haremos eso de la entrevista. Les daremos el líder progre que están esperando. ¿En Zara Home venden colchones?

—Creo que no, Presidente.

—Pues llama a Lo Mónaco. Pronto habrá un cambio viscoelástico en la Moncloa —dice Feijóo, dibujando una sonrisa autocomplaciente mientras abandona la sala—.

Unas desangeladas risas forzadas rompen el incómodo silencio hasta que cierra la puerta tras de sí.

Les ahorro el trago resumiendo el mensaje de la nueva ocurrencia de Génova plasmada en la psicotrópica entrevista de Vanity Fair:

Feijóo votó a Felipe González en los ochenta, tuvo un hijo a los 55 años sin estar casado, no va a misa, acudió a una boda gay, y su pareja, Eva Cárdenas, antes de conocerlo, siempre había sido más próxima a ‘otros’ partidos. Y en plena crisis de ‘maduración’ democrática, emprende una cruzada por la jornada laboral de cuatro días. Cágate, lorito, digo, Yolanda.

¿Habrá alguien sensato que le explique a Feijóo que si siguen por esa senda, nos esperan décadas de Sánchez? ¿Que hacer oposición no significa querer reemplazar al adversario? ¿Que querer sustituir al Killer por un Frijol es una completa locura? ¿Que acercarte de ese modo a Sánchez es legitimarlo justo cuando más lo necesita? ¿Que, queriendo ser más socialista que los socialistas, te ganas a pulso la crítica de Vox, desgarrando aún más la alternativa?

Y vuelta la burra al trigo…

Deja un comentario