El socio invisible de tu éxito
Imagina esta escena: has decidido lanzarte al emocionante mundo del emprendimiento. Tienes una idea brillante, un Merlot en la mano y una lista de tareas que parece multiplicarse por arte de magia. Pero entonces llega la realidad: los clientes no hacen fila para comprarte, los costos se disparan y la incertidumbre se convierte en tu sombra permanente. Tu éxito, de momento, parece que se aleja.
Ahora, imagina una versión alternativa de esta historia. Alguien te advierte de los errores antes de cometerlos, te ayuda a enfocar tu energía en lo que realmente importa y, cuando estás al borde del colapso existencial, te dice: «Respira, todo forma parte del proceso». Ese alguien es un mentor.
Y si todavía crees que puedes hacerlo solo, sigue leyendo.
El éxito no es magia, es estrategia (y las cifras lo confirman)
Aterrizando en datos duros: la Comisión Europea revela que el 50 % de los startups europeos no sobrevive más de cinco años. Ahora, aquí viene el giro argumental: aquellos que cuentan con mentoría tienen un 70% más de probabilidades de superar esa temida barrera. En España, el 65 % de los emprendedores asesorados reportan mejores resultados que aquellos que decidieron ser sus propios gurús.
Tener un mentor no es un capricho, es un atajo inteligente.
Resulta ser un GPS humano que te guía en lugar de confiar en tu «buen sentido de la orientación» en una ciudad desconocida.
Casi todo el mundo necesita un mentor…
Los referentes del mundo empresarial confirman que un mentor es una figura fundamental en cualquier proyecto. Ana Botín, presidenta del Banco Santander, ha comentado en diversas ocasiones la influencia que ha ejercido su padre en su visión financiera. Amancio Ortega, ha mencionado en más de una entrevista, cómo influyó en su filosofía empresarial los valores de quien fuera su primera jefa en el mundo textil; ella le inculcó la importancia de la eficiencia y el control de costos.
Puede que después de leer este texto te decidas a dejar tu ego atrás con la típica frase de yo puedo solo o sola y pruebes a construir tu sueño acompañado…
El ego: tu peor enemigo (y la razón por la que podrías fracasar)
Muchos emprendedores caen en la trampa del «yo puedo con todo». Y claro, puedes intentarlo solo, pero la pregunta es: ¿cuánto te costará en tiempo, dinero y salud mental?
Un mentor no te quita independencia, te la da. Te ofrece una visión más amplia, te ayuda a ver lo que tú no ves y, cuando es necesario, te da un golpe de realidad para evitar que te lances al abismo con una «gran idea» que solo funciona en tu cabeza.
¿Dónde encontrar un buen mentor (sin invocar a los dioses del Networking)?
Si ya estás convencido o convencida de que necesitas un mentor, la gran pregunta es: ¿por dónde empezar?
Tu red de contactos: a veces, el mejor contacto lo tienes más cerca de lo que imaginas.
Programas de mentoría: organizaciones como la Cámara de Comercio ofrecen recursos y claves para conectarse con expertos.
Inspiración indirecta: las biografías de grandes emprendedores, además de libros y podcasts especializados, pueden brindarte valiosas lecciones.
Es normal que te surjan dudas, pero aquí te dejo un dato: el 90 % de los empresarios que han recibido mentoría afirman que ha sido clave para su crecimiento y éxito.
Puede que esto no termine de convencerte, y está bien. Pero recuerda: el verdadero fracaso no es cometer errores, sino no querer aprender de quienes ya los superaron.
¿Ya estás pensando en quién será tu mentor o mentora? Mientras lo decides, voy a por otro post.
¡Hasta pronto!